09 noviembre 2008

Mamá

No sé muy bien cómo va a ser este post. Creo que tengo que hablar de mi madre, pero no me resulta fácil entrar tanto en este terreno tan personal. Y menos por Internet.
Es una estupidez, pero quizás Internet, la forma de comunicación más revolucionaria que ha existido, que relativiza, en cierta forma el tiempo y el espacio, es capaz de hacerle llegar a mi madre, donde esté, lo que siento.


El 09 de Noviembre de 1998, hace hoy 10 años te fuiste, a tu pesar, de nuestro lado. Yo no entré a tu habitación ese día porque no fui capaz. Estoy segura de que sabes, porque lo sentiste, o porque te lo dijo mi hermano, que yo estaba fuera, en la puerta del Clínico, esperando. Sin saber cómo iba a reaccionar, y qué iba a pasar.

Desde luego que mi vida cambió a partir de ese día, y nunca ha vuelto a ser la misma. No me gusta pedir consejos porque no me los puedes dar tú, y me desespera no poder saber qué es lo que tú hubieras dicho. Me causa un inmenso dolor físico estar mala, porque no puedes cuidar de mí como lo hacías.

Pese a ello, tengo la sensación de que sabes qué pasa por aquí abajo. Creo que te encanta saber que ni estos 10 años, ni otros 1.000, lograran que tus dos hijos se separen mucho tiempo. Pese a lo que pueda pasar, y lo que puedan discutir, siempre se tienen el uno a otro, porque se quieren con toda el alma. Eso te encanta, porque siempre fue una prioridad.
Sé que miras por un reojito los Domingos cuando quedamos con José, y te sientes orgullosa de esa relación tan especial. Y te sientes aliviada, viendole con Santi, sin discutir como a veces pasaba.
Sé que estas absolutamente feliz sabiendo que terminé una carrera, y te da un poco de rabia no haber llegado a conocer a mi novio, porque sólo viste una vez en las escaleras de casa, y no te lo llegué a presentar. Pero sé que te cae muy bien, y que serías, hubieras sido, una suegra maravillosa.
Sé que estaras con nosotros en nuestra boda, lo sé. Te encantará saber que tu primera nieta, cuando llegue, se llamará Maite, por tí.

Quiero decirte que te queremos Mamá, que te echamos de menos, que no hemos olvidado el tono de tu voz, y que, estés donde estés, iremos a darte un abrazo (dentro de muchos años) cuando estamos allí.

Te quiero,

Sara

7 comentarios:

Santiago Alonso dijo...

Aunque suene a falta de modestia, una de las pruebas de como era mamá es ver como son sus hijos. Digo falta de modestia porque mama era maravillosa. Hemos salido distintos pero con la misma inmensa capa de amor dentro (el que tu nos regalaste).
Una de las cosas que me hace caminar con la cabeza bien alta es saber que mi mama estaría encantada de ver como hemos evolucionando y que en la tierra ella sigue muy presente mientras nosotros sigamos porque es inseparable ese trozo de corazón que le tenemos dedicado.

Yo no soy Matematico FÍsico Nuclear, ni tengo el carne de conducir, como ella queria pero seguro que ella estaria contentisima a nuestro alrededor. Las palabras de Sara son como siempre casi insuperables y creo que Sara ha mejorado lo que ella soñaba porque ella tiene todo lo que mama quería de ella.

Estoy contento porque miro atrás y veo que no te hemos decepcionado. Me gustaría que tus preciosos ojos negros pudieran ver todos los cambios que se han ido produciendo y los magníficos momentos que tenemos por delante pero bueno como dice Sara ya te daremos un abrazo cuando nos toque compartir contigo la eternidad. te quiero mamá, te quiero mucho.

Anónimo dijo...

Sin duda alguna que vuestra madre estará orgullosa de vosotros allá dónde esté.
Un beso desde aquí del hermano de su futuro yerno.

Anónimo dijo...

Podeis estar seguros de que el amor de vuestra mamá durará toda la eternidad y os lo hará llegar de muchas maneras.

Ese lazo es imposible de romper y el vuestro como hermanos, seguirá siempre bien atado.

Con pocas palabras más y muchas lágrimas, un abrazo muy fuerte de nosotros tres...

Sara te quiero mucho, mucho.

Anónimo dijo...

La verdad que ayer te lo dije en un mensajito,(no queria dejar comentario, porque es vuestro espacio) y sigo opinando lo mismo, pero bueno, veo que la gente se anima, y yo voy a inmortalizar mi comentario, de este modo sabeis que tambien os escucho.

Lo he vuelto a leer y he vuelto a llorar y creo que seguire asi, cada vez que lo lea, me dejais sin palabras, es muy bonito lo que decis los dos. Y simplemente me alegro que hayais entrado en mi vida.

Un beso enorme para los dos.

Anónimo dijo...

Yo también la quiero y nunca la olvido. No tengo más palabras después de leerte. Millones de besos.

Montuenga dijo...

Recuerdo los ojos de mi hermana de color marrón claro con reflejos verdosos; a veces se ponían amarillos cuando les daba la luz. O se agrisaban. Como los de nuestro padre, que también se fue joven y que ella apenas recordaba, los ojos de Maite nunca eran del mismo color.
A sus ojos y a ella dediqué estas líneas hace ahora casi diez años.

EL REGRESO POSIBLE

Si quieres navegar de nuevo por estas latitudes
da la espalda a la lámpara que llevas en la mano.
Acaricia las hojas de las acacias mustias
que siguen esperando al borde de la acera
a que un día llueva melancolía la nube.

(...)

Si quieres te sujeto la mano
y das el salto. No ha dejado de haber
luciérnagas y grillos.
No se ha roto el misterio
de lo que no se entiende. Espero todavía que el teléfono suene
y tú silbes palabras entrecortadas, quejas.
Los niños siguen siendo mejores que nosotros,
los caminos de aire llegan a cualquier sitio
menos a ti, parece.

Sigue amaneciendo todas las madrugadas.
A pesar de nosotros. Pues a veces diría
que nos ha amordazado con su manto la noche.
Continúa, como digo, la vida igual que siempre.
Y maite en vasco, aún, quiere decir amada.

Mara Oliver dijo...

Todo lo que pueda decir es poco, así que como acabo de mandaros mucho amor en facebook para Santi y para ti, pues aquí solo voy a hablar con ella, ¿vale?
Gracias, Maite, gracias por acogerme en tu casa cuando en la mía no se podía estar, gracias por llevarme y tratarme siempre como a una hija, mejor que mi propia madre, esa Julia que conocemos las dos... ;) GRACIAS por ser tan ÚNICA, mira que he conocido mujeres en mi vida, pero tú eres una de las imprescindibles, de las que marcan, de las que nunca se olvidan y siempre se aman. Cuida de Sara y de Santi y de tus nietas que son preciosas, todos te queremos y te echamos mucho de menos.
SIEMPRE.